La educación a distancia es una forma de enseñanza en la cual los estudiantes no requieren asistir físicamente al lugar de estudios. En este sistema de enseñanza, el alumno recibe el material de estudio (personalmente, por correo postal, correo postal, correo electrónico u otras posibilidades que ofrece internet), permitiendo que en el acto educativo se empleen nuevas técnicas y estrategias de aprendizaje centradas en el propio estudiante, fomentando así el autodidactismo y la autogestión, es decir, se trata de una educación flexible y auto dirigida, cuyas principales herramientas son las tecnologías de la comunicación y la información.
Sin
embargo, nos acojamos a la teoría que nos acojamos, siempre aparecerán
unos elementos en juego comunes en todos los casos.
El primero de éstos es el objeto de cualquier sistema educativo: el estudiante. El análisis de sus necesidades y de sus características específicas (edad, nivel educativo previo, estatus social, disponibilidad de tiempo para el estudio, etc.) Se convierten en elementos absolutamente condicionantes que, en caso de no tenerlos en cuenta, impiden definir cualquier modelo de educación a distancia mediado por alguna tecnología.
El primero de éstos es el objeto de cualquier sistema educativo: el estudiante. El análisis de sus necesidades y de sus características específicas (edad, nivel educativo previo, estatus social, disponibilidad de tiempo para el estudio, etc.) Se convierten en elementos absolutamente condicionantes que, en caso de no tenerlos en cuenta, impiden definir cualquier modelo de educación a distancia mediado por alguna tecnología.
El
tercer elemento son los recursos que se ponen a disposición de los
estudiantes para el aprendizaje. Y ahí es donde aparece otro de los
conceptos básicos: la interacción. Hablemos de modelos basados en la
autonomía o de modelos basados en la comunicación, en ambos casos
observamos que la interacción es considerada un efecto positivo. Se han
analizado las diferentes tipologías de interacción más habituales en las
relaciones que se establecen en los modelos de educación a distancia,
llegándose a plantear modelos transaccionales (Moore, 1989), pero
siempre se ha realizado este análisis en un contexto donde la
comunicación entre estudiantes y profesores era posible, pero no lo era
entre los propios estudiantes si no "rompían" con la distancia desde una
perspectiva física.
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